Durante los primeros meses de la revolución anarquista del 36 no hubo cárceles. Los delincuentes comunes fueron liberados y para los presos políticos no eran necesarias. Eran detenidos en calabozos y edificios municipales y se les fusilaba, sin juicio, poco después de su detención. A finales de 1936, casi toda la derecha “pura y dura” había sido ejecutada o había huido hacia Zaragoza. Entonces se comenzó a detener a los derechistas “blandos”, que fueron recluidos en las cárceles de Caspe y Alcañiz. La falta de capacidad de ambos establecimientos penitenciarios fue resuelta con la creación del Campo de Concentración de Valmuel. También se crearon Batallones de Trabajadores presos para trabajos de fortificación en la zona de Muniesa-Moyuela-Moneva.
LOS REGADÍOS DE VALMUEL
La construcción del pantano de Santolea (1927-1932) permitió regular el cauce del Guadalope e hizo posible la puesta en regadío de tierras áridas de secano en la zona de Valmuel. Había un proyecto de tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, olvidado durante la República, para la construcción de los canales y acequias necesarios para la transformación de cultivos.
La necesidad de ubicar y ocupar el gran número de presos se resolvió creando el Campo de Valmuel en la zona ocupada hoy, en parte, por las instalaciones de Motorland. Los propios presos construyeron unos barracones para su alojamiento y una torre de vigilancia para su control. Los barracones estaban construidos con paredes de ladrillo y tejadillos de uralita y, en cada uno de ellos, se alojaban 25 o 30 presos. Allí hubo una población reclusa flotante de, entre 150 y 200, presos.
EVOLUCIÓN DE LA VIDA CARCELARIA EN EL CAMPO DE VALMUEL
Desde su creación, hasta mayo del 37, el “campo” fue dirigido por la CNT local de Alcañiz y no dependía ni era controlado por ningún organismo penitenciario regional ni estatal. Dependía del Comité de Alcañiz. Allí mandaba, con absoluta autoridad, el anarquista alcañizano Valero Burillo Navarro, apodado El Lela. Tenía como segundo a su hermano José y como auxiliares a varios hombres armados, que se turnaban con frecuencia en la vigilancia y manejo de los presos. Fue la fase más dura para los detenidos.
Desde finales de mayo del 37, pasó a depender de la Dirección General de Prisiones, fue financiado por el gobierno central, fue dirigido por Francisco Huertas Martínez y administrado por funcionarios. El trato ya no fue tan duro y arbitrario. En esta fase se inició el enjuiciamiento de los presos por el llamado Tribunal Popular de Aragón en Alcañiz y por un Jurado de Urgencia establecido en Caspe. Entonces se les dotó del uniforme de presidiario con que aparecen.
En 1938, cuando los nacionales entraron en Alcañiz, salieron los derechistas del Campo de Valmuel y fue utilizado por los franquistas para recluir a los izquierdistas represaliados.
EL TRATO DADO A LOS PRESOS
En “La causa general” hay la declaración de varios testigos de Alcañiz: Ángel Royo Gorostegui (comerciante); Víctor Domenech Cólera (farmacéutico); Luis Félez Trasovares (abogado). Dicha declaración está resumida en un informe elaborado por la Guardia Civil de Alcañiz. El trato y el trabajo eran duros, pero no consta que se practicasen torturas corporales. En el campo estuvieron presos muchos comerciantes, empresarios y profesionales de Alcañiz. Para ellos el trabajo a pico y pala en el duro erial, que era entonces Valmuel, ya suponía una humillación y una tortura. Agravada por las chanzas que los vigilantes les hacían, por su torpe manejo de las herramientas. Ellos, en su declaración, hablan de malos tratos como “insultos, amenazas, vejámenes y atropellos”.
Los que eran campesinos de pueblos como Torrevelilla, Fórnoles o Las Cuevas de Cañart, presos en Valmuel, no se resentían tanto del trabajo físico. Pero, en todos ellos, pesaba el escarnio de estar encarcelados sin saber por qué. Alejados de su pueblo y de su familia, mal alimentados, y el sentirse objeto de la arbitrariedad de unos energúmenos que podían disparar contra ellos, impunemente, por cualquier nimiedad. O ser víctimas de alguna de las sacas de madrugada, que con frecuencia se practicaban.
Tras el golpe de Líster en agosto del 37, notaron un gran alivio al desaparecer el terror anarquista. Aunque siguieron produciéndose fusilamientos selectivos, sobre todo de hombres apresados con las armas en la mano durante la batalla de Belchite.
LA MEMORIA DE QUIENES ESTUVIERON EN EL CAMPO DE VALMUEL
Un reportero anarquista alemán, de nombre Agustín Souchy, cuenta en su libro “Entre los campesinos de Aragón”, las maravillas del Campo de Valmuel. Describe el campo como un lugar casi idílico, donde presos y guardianes conviven en perfecta igualdad y armonía. Resalta la “libertad” de movimiento de los presos, que contrasta con la dureza de los Campos de Trabajos Alemanes.
Dispongo también de las memorias de un preso de Valmuel, escritas “in situ” y en tiempo real, en forma de coplas. Se trata de mi padre, Lucas Bel Conchello, que estuvo recluido allí, junto con mi abuelo y otros dos vecinos de Fórnoles. El Jurado de Urgencia de Caspe les condenó a un año de Campo de Trabajo por un delito de opinión. Según la sentencia: “Pues comete una falta de desafección al Régimen quien, como los inculpados, propalan falsos rumores y se dedican a pronosticar el fracaso de las armas leales, a pretexto de un fingido rumor, por la actuación de diversos Gobiernos dentro de la República”.
Seguramente, Agustín Fouchy y Lucas Bel, tenían razón. Sólo que su visión de la realidad, que ambos contemplaron directamente, era muy distinta. Como escribió el poeta: “Nada es verdad, nada es mentira. Todo es del color del cristal con que se mira”.
En anexo al final, copio parcialmente los escritos de ambos testigos presenciales, para lectores aficionados al conocimiento de documentos originales.
ANEXOS:
1)- DEL RELATO DE SOUCHY
“Al pie de una colina se han construido los edificios del campo. Dormitorios, salas de inspección, establos…Todo eso lo han construido los prisioneros ayudados por sus guardianes. La FAI dirige este campo. No es una prisión. Nada recuerda en él una institución de presidio y de trabajos forzados. No hay cercado ni ninguna limitación. Los prisioneros pueden moverse libremente. Sus guardianes comparten la vida con ellos. Viven de la misma manera. Duermen en catres iguales en estas salas primitivas. Se tutean. Prisioneros y guardianes son compañeros. No existe uniforme para unos ni para los otros, ni se distinguen exteriormente en nada.
Delante de una sala dormitorio está echado un hombre joven. Lo interpelamos sin saber si es prisionero o guardián.
– Soy prisionero. Me llamo Benedicto Vallés. Era afiliado a Acción Popular; por eso me detuvieron.
– ¿Cuánto tiempo hace que estás aquí?
– Tres meses
No fue a trabajar, no se encontraba bien ese día.
-¿Te ha dado permiso el médico para no ir a trabajar?
– No hay médico; el compañero guardián me ha dado permiso para faltar.
– ¿Puedes recibir visitas?
– Sí. Cada domingo viene a verme mi novia.
– ¿Podéis hablaros a solas?
– Desde luego. Después vamos de paseo juntos, por los campos.
– ¿Sin vigilancia?
– Sin vigilancia (…)
En el campo hay pollos, cerdos, conejos. El campo se abastece a sí mismo de carne (…) El trabajo es el mismo para los trabajadores libres que para los prisioneros. Durante nueve horas diarias rinden su tributo fascistas y antifascistas (…) El trabajo se realiza sin ingenieros. Un campesino joven que se proporcionó los conocimientos necesarios por vía autodidactica, dirige las obras. El agua se trae del rio Guadalope. Ya se riegan algunos campos de patatas”.
2)- DEL DIARIO ÍNTIMO DE LUCAS BEL (1937)
(…)La fecha del tres de Marzo
fue muy triste para mí
igual para mi familia
nos obligó el despedir.
Me avisaron los bandidos
a las siete de aquel día,
sin decirme para qué,
viniese a Casa la Villa.
qué es lo que les ocurría,
me dijeron que esperara
que pronto me lo dirían.
Pronto llegó allí mi padre
y luego Pablo Siurana
y luego Juan Albiol
y mis hermanos, que llaman.
y sin dejarnos salir,
nosotros pensando mal,
que bien no podía ir.
Nos dijeron que vendrían
guardias de Investigación
y que ellos nos tomarían
pronto una declaración.
cuando llegaron allí
y sin preguntarnos nada
ya nos hicieron salir.
Nos bajaron a la plaza
y allí ya nos esperaban,
rodeados de mujeres,
dos coches, que ellos llevaban.
nos obligaban montar
separando a las familias
que nos querían besar.
Por más que ellos se ponían
los fusiles en la cara
abrazamos y besamos
nuestras familias honradas.
allí quedaron cerrados,
los llevan a Valderrobres
y allí los encarcelaron.
Nosotros cuatro montamos
nos llevaron a Alcañiz
nos cerraron en la cárcel
sin decirnos por qué fin.
con varios amigos más,
lo primero que dijeron:
¡ya nos vienen cuatro más!
Seguido nos preguntaron
que de dónde nos llevaban,
y les dijimos: de Fórnoles,
que la residencia estaba.
y todos nos insistían
que comiéramos su rancho
y no nos apetecía.
Ellos nos daban valor
como buenos compañeros,
pero a nosotros, por eso,
nos duraba el desosiego.
si habían matado a alguno,
les contestamos que no,
que no faltaba ninguno.
Nos dijeron: ¡Pues qué suerte,
ha sido la vuestra amigos¡
en nuestros pueblos han muerto
a todos los que han cogido.
que hasta ahora se han salvado,
por la protección de Dios
a este punto hemos llegado.
Allí transcurrieron días
sin saber lo que pasaba,
sólo se oía a la gente
que en la plaza circulaba.
Sin saber para qué fin
Siempre pensando mal,
Se llegó al trece de abril.
Esta fecha nos sacaron,
nos llevaron a Valmuel,
campo de concentración
para hacernos padecer.
nueve horas cada día,
un trabajo muy pesado
y con muy mala comida.
Si alguno caía enfermo
allí asistencia no había,
decían que no importaba
si alguno allí se moría.
Desde mayo en adelante
este estado se calmó
y ya nuestros corazones
iban tomando valor.(…)
(…)Aunque no estamos cerrados
en las celdas de la cárcel
estamos bajo guardianes
como grandes criminales.
En esta forma pasamos
hasta el día de San Juan,
que de allí se nos llevaron
a Caspe en el Tribunal.(…)
(…)Desde el día once de Agosto
en este Bajo Aragón
mejoró mucho el asunto
y desapareció el terror.
Los que se llaman Gobierno,
la vergüenza de su error
les ha obligado a asaltar
el Consejo de Aragón.
Aunque son Justicias rojas
las que ahora nos gobiernan,
estamos ya más tranquilos
porque les ajustan cuentas.
El dieciocho de Octubre
Caspe fue bombardeado
y, a consecuencia de aquello,
a Valmuel se nos llevaron.
Por segunda vez llegamos
al campo de concentración
donde está la gente buena
de todo el Bajo Aragón.
La situación no es tan cruel
como la teníamos antes,
pues ha mejorado algo
y estamos ya más alegres
A pesar de estar alegres
los días se hacen muy largos,
deseando que nos digan,
que toda España es de Franco.
BIBLIOGRAFÍA
BEL CONCHELLO, Lucas. “Diario íntimo”. Fórnoles: Archivo privado de la familia Bel. 1937
BADÍA BATALLA, Francesc. “Els Camps de treball a Catalunya durant la Guerra Civil 1936-1939”. Barcelona: Publicacioñs de l’Abadia de Montserrat. 2001.
BEL, Pedro J. “La Caverna. Sociedad Secreta”. Barcelona: Autoedición, 2011.
http://books.google.es/books/about/La_caverna.html?id=35Rq9S6Rml8C&redir_esc=y
BEL, Pedro J. “La casa del Sabinet. Historia de una familia de derechas”. Barcelona: Autoedición, 2007.
CASANOVA NUEZ, Ester. “La violencia política en la retaguardia republicana de Teruel durante la guerra civil”. Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 2007.
SOUCHY BAUER, Agustín. “Entre los campesinos de Aragón. El comunismo libertario en las comarcas liberadas”. Barcelona: Tusquets Editor, 1977.
https://docs.google.com/file/d/0B14Synwe1mHzSTQ2UDBLcXhMSDQ/edit
Estupendo articulo, muy documentado. ¿Las fotografías de los presos con el traje a rayas son reales del campo de Valmuel? No es que dude, es que las imagenes me llevan a los nefastos campos que nacieron en Europa años despues. Gracias y un saludo
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Sí, José. Todas las fotos de este episodio son reales y corresponden a la cárcel de Alcañiz y al Campo de Valmuel. Mientras el «campo de concentración» fue administrado por el comité de Alcañiz los presos vistieron sus propias ropas, pero al hacerse cargo del mismo la Dirección General de Prisiones, en mayo de 1937, se dotó a los presos del uniforme carcelario que se ve en las fotos. Gracias por tus elogios a mi escrito.
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Perdón por el retraso en contestar. Muchas gracias por la aclaración, muy interesante. Saludos
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Solo comentar que el intento de llevar el agua de la Estanca de Alcañiz a la partida de Valmuel es muy anterior, de finales del XIX, promovidos por el propietario e ingeniero alcañizano Eduardo Montañés.
Los trabajos se habían iniciado durante la República y precisamente los anarquistas trataron de que no se detuvieran a pesar de la guerra y ese es el motivo por el que el campo de trabajo se instalara en ese lugar, para que los presos de derechas continuaran con el intento de que las aguas de la Estanca pusieran en regadío las ricas tierras de Valmuel.
Las fotografías corresponden al momento en que las tropas franquistas liberaron el campo el 14 de marzo de 1938.
No voy a comentar nada sobre las fechas de los asesinatos en Alcañiz y el Bajo Aragón, ni el motivo por el que a partir de octubre se les llevaba a Caspe. Ya lo he escrito en otros trabajos ya publicados.
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